Inmunoterapia realizó exitoso conversatorio de jóvenes científicos en UNAB

El evento reunió a más de cincuenta jóvenes tesistas de pregrado y doctorado de la Universidad de Chile, Pontificia Universidad Católica y Universidad Andrés Bello. Tras dos años en pandemia, los jóvenes investigadores y sus profesores pudieron encontrarse e intercambiar ideas para el desarrollo de trabajos de alto impacto científico en el área de la inflamación.

El Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII) realizó el pasado jueves 21 de julio, un conversatorio de jóvenes científicos con el fin de establecer colaboraciones para el desarrollo de investigación de alto impacto científico.

El evento reunió a tesistas de doctorado y pregrado, además de investigadores del área de inflamación del Instituto de inmunología e inmunoterapia, representando a la Universidad de Chile, Pontificia Universidad Católica y Universidad Andrés Bello.

A juicio de Claudia Riedel, académica de la Facultad de Ciencias de la Vida de UNAB y miembro del IMII, el encuentro fue un éxito. “Superó nuestras expectativas y nos demostró que los estudiantes están ávidos de encontrarse, intercambiar ideas y generar ciencia de alto impacto”.

La académica, además, enfatizó que para lograr ese nivel de ciencia se requiere de colaboración, de distintos tipos de expertise y de la energía e innovación que contribuyen los jóvenes.

Una interacción científica provechosa

Más de 50 jóvenes científicos y sus profesores se reunieron en la sala FIAC del Campus República de la Universidad Andrés Bello. XX Está sala está especialmente equipada para este tipo de encuentros, disponiendo de grandes mesas de reunión, cada una con computador y pantalla para realizar presentaciones. “Gracias a la infraestructura y el apoyo de UNAB, pudimos trabajar muy bien, cumpliendo nuestros objetivos”, destacó la académica Claudia Riedel.

Los estudiantes de los grupos de investigación que operan al alero del IMII fueron organizados en siete equipos, cada uno integrado por miembros de los distintos grupos. De esta manera, los organizadores UNAB Claudia Riedel, Claudio Cabello y Felipe Simon lograron que en la actividad existiera una interacción científica diversa entre los participantes.

El evento contempló dos partes. En la primera, a cada estudiante se le dio cinco minutos para exponer su línea de investigación a sus compañeros de mesa, para luego recibir feedback. En la segunda parte, cada mesa eligió un tema como punto de partida para encontrar una idea científica sobre la cual el grupo pudiese colaborar.

“Con este trabajo buscamos motivar a los alumnos a que interactúen con sus colegas de otros laboratorios sobre sus líneas de investigación y problemáticas, con el desafío de proponer colaboraciones para enriquecer su trabajo, y desarrollar ciencia de alto impacto y relevancia”, señaló la Dra. Riedel.

La académica e investigadora cuenta que la actividad fue provechosa para todos: “Allí surgieron varias ideas. Ahora nuestra parte es concretarlas, ya sea escribiendo manuscritos, revisiones bibliográficas o sacando papers, es decir, trabajos científicos en torno a la inflamación con el desarrollo de experimentos”.

La siguiente generación de investigadoras e investigadores

Maria Andreina Rangel, quien cursa el segundo año del programa de Doctorado en Biomedicina de la Universidad Andrés Bello, valoró la experiencia del conversatorio, destacando la organización de las mesas de trabajo. “Nos asignaron aleatoriamente a trabajar con compañeros desconocidos, lo que nos llevó a conocer las diversas líneas de investigación que todos desarrollamos en nuestras tesis doctorales”.


La candidata a doctorado espera que, en el largo plazo, la ejecución de las propuestas de líneas de investigación que surgieron en su mesa de trabajo tenga un impacto positivo en sus estudios. “Y a corto plazo, planteamos propuestas para la redacción de revisiones bibliográficas que han de conducir a una o varias publicaciones en revistas científicas”, agrega.

Para Enrique González, alumno de tercer año del programa de Doctorado en Biociencias Moleculares de UNAB, este conversatorio fue enriquecedor por la posibilidad de exponer su trabajo ante otros científicos, pero además le hizo valorar la labor de divulgación científica. “Uno perfectamente puede hacer lo mismo con todo tipo de personas, no sólo ligadas a la ciencia, sino que la familia, amigos, parejas. Es nuestro deber el buscar la manera de hacer llegar nuestra actividad—que parece algo extraterrestre cuando uno lo comenta en la casa— de forma clara y amena para todos”.

Cristián Gutiérrez Vera, alumno del programa de Doctorado de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Chile, agrega que el conversatorio con compañeros del IMII no solo fue una instancia para compartir técnicas y experiencias o estrechar lazos de cooperación con los demás laboratorios. “Este tipo de jornadas sirve también para empoderarnos de que somos la siguiente generación de investigadores jóvenes, y la clave de ser un científico exitoso no está en ser capaz de remar solo, sino en formar redes y un buen equipo que permita descubrir una incógnita desde varios ámbitos al mismo tiempo”.