Vacuna contra el virus de la influenza: un derecho y un deber ciudadano

La influenza es un virus grave, altamente infeccioso y que puede producir enfermedad severa en las personas.

Este patógeno escapa al sistema inmune del ser humano principalmente a través de la adquisicion de mutaciones en el tiempo que hacen cambiar su apariencia externa. Por ello, si bien los virus que atacan este año comparten similitudes con los de temporadas anteriores, también presentan diferencias las que es clave identificar para generar una adecuada respuesta inmune.

Existen diversos tipos de influenza, siendo los principales que afectan humanos los virus influenza de tipo A y B. Actualmente, la mayoría de los casos que se han presentado fueron causados por influenza A de los subtipos AH1N1 y AH3N2, denominadas así por sus principales proteínas de superficie: H para la hemaglutinina y N para la neuraminidasa. Para hacerse una idea rápida de la cantidad de variantes de influenza de tipo A que pueden existir, hay 18 tipos distintos de H (H1-H18) y 11 tipos de la proteína N (N1-N11). Combinados, generan numerosas posibilidades de virus influenza A con H y N distintos.

Si bien las variantes de influenza circulantes en el 2019 se han presentado algo más agresivas que lo habitual, es importante señalar que la vacuna que está siendo implementada este año en nuestro país corresponde a los subtipos circulantes en la población. De esta manera, una adecuada y bien programada vacunación es fundamental para promover la salud de la población. Se debe tener en cuenta que recibir esta inmunización sólo una vez en la vida o en años anteriores no significa que no podamos ser contagiados por la influenza en esta temporada o temporadas posteriores. La vacunación debe ser anual, previa o coincidente con el brote epidémico estacional de cada año.

A la fecha, los reportes apuntan que la mayoría de los casos fatales a raíz de la infección por influenza este año ocurrieron en personas que no estaban adecuadamente vacunadas. Es muy probable que, de haber recibido la vacuna, varios de esos fallecimientos se hubiesen evitado.

A pesar que la campaña de vacunación ya cumplió su período habitual (dos meses), las autoridades de salud la han ampliado, debido a que la respuesta de la población de mayor riesgo sigue bajo las expectativas. Es especialmente uno de los grupos de alto riesgo: los adultos mayores. Este segmento ha alcanzado a la fecha tasas de inmunización que no superan el 65%, muy por debajo de la cobertura necesaria para proteger la salud de estas personas frente a la infección con el virus influenza.

Si bien es válida la pregunta ¿por qué la cantidad de mayores de 65 años que tienen derecho de forma gratuita a este beneficio ha disminuido? Es importante resaltar que estamos prontos a alcanzar el peak de la enfermedad, por lo que aún es tiempo de cumplir con el deber de vacunarse. Es necesario que este grupo se vacune pronto, sobretodo aquellas personas que están activas laboralmente y se exponen todos los días a individuos que están infectados con el virus. Una vez recibida la vacuna, el organismo requiere aproximadamente una semana para generar una correcta inmunidad. Sin duda, debemos actuar con rapidez.

Pero no sólo los grupos de riesgo debieran vacunarse. Las personas que no pertenecen a los segmentos de mayor riesgo a sufrir enfermedad severa por influenza deberían hacerlo porque de esta manera protegen a aquellos que tienen contraindicaciones médicas para recibir la inmunización, como es el caso de los infantes menores de 6 meses o sujetos que presentan alguna alergia a un determinado compuesto de la vacuna. Para ellos la esperanza es que quienes los rodean se vacunen porque generan un efecto rebaño, es decir, minimizan la transmisión e infección del virus en sus hogares y entorno y con ello evitan que quienes son más vulnerables se expongan a un patógeno para el cual no pueden acceder a inmunización.

Estamos a pocos días que comience el invierno y que finalice la campaña de vacunación. Evitemos que este invierno sea recordado por este virus por olvidar que nadie está libre de la influenza. La vacunación es al mismo tiempo un deber y un derecho, no dejemos de actuar como corresponde para proteger a los seres que más queremos.

  • Columna escrita por los doctores Alexis Kalergis y Pablo González, Académicos UC y del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII)

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