Desde que llegó el virus al país ya se han contagiado 73.529 niños con Covid-19, de ellos 16.154 se infectaron entre noviembre y enero

Los síntomas más frecuentes en los menores, dice reporte Minsal, fueron cefalea (39%), tos (36,2%) y fiebre (34,2%). Según gravedad, un total de 1.896 niños requirieron hospitalización, con 57 fallecidos. Lo que establece una letalidad de 0,08% y la mortalidad de 1,2 por cada 100 mil niños, niñas y adolescentes.

Desde el inicio de la pandemia en todo el mundo se han informado menos casos de Covid-19 en niños (de 0 a 18 años) en comparación con los adultos.

La verdadera incidencia de la infección por SARS-CoV-2 en niños, en un principio no estaba tan clara porque las pruebas de diagnóstico se priorizaron en adultos y personas con enfermedad grave. Pero a esta altura de crisis sanitaria se sabe que las tasas de hospitalización en niños son significativamente más bajas que las tasas de hospitalización en adultos con Covid-19. Esto último estaría dado porque ese grupo presentaría una enfermedad más leve en comparación con los adultos.

¿Cómo ha sido el comportamiento en Chile? Los niños, niñas y adolescentes (NNA) no han estado exentos de las consecuencias de la pandemia, señalan datos preliminares del último Informe Epidemiológico en Niños con Covid-19 del Ministerio de Salud (Minsal) publicado en la web de este servicio, que establece que en población entre 0 y 18 años hasta la semana 53 de registro de la pandemia (3 de enero) se han notificado 73.529 casos de Covid-19. Eso representa una tasa de incidencia acumulada de 1553,3 casos por cada 100 mil NNA según fecha de inicio de síntomas.

En el informe anterior de noviembre de 2020 las cifras indicaban 57.375 casos en niños, con una tasa de incidencia acumulada de 1.212,1 casos por cada 100.000 niños, niñas y adolescentes. Es decir, 16.154 de ellos se registraron en los dos últimos meses.

El reporte detalla que las mayores tasas de incidencia acumulada se encontraron en las regiones de Magallanes y la Antártica Chilena (5117,3 por 100.000 NNA), en Tarapacá (2223 por 100.000 NNA) y Biobío (2131,5por 100.000 NNA.

En cuanto a edades, se indica que del total de casos niños contagiados el 11,8% correspondieron a menores de 2 años, de los cuales 4.897 fueron menores de 1 año. Además, el 15,3% fueron niños entre 2 y 5 años, el 21,8% niños entre 6 y 10 años, el 21% a niños entre 11 y 14 años y el 30,1% a adolescentes entre 15 y 18 años.

Cuadros más benignos
Para María Luz Endeiza, infectóloga pediátrica de Clínica Universidad de los Andes, los aumento están en proporción con el alza a nivel nacional y la mayor cantidad de PCR que se están realizando. “No hay más casos en la urgencia pediátrica, ni más hospitalizaciones ni consultas, porque en general, los niños se contagian menos y si lo hacen, tienen un curso más leve de la enfermedad por lo que la mayoría lo pasa en su casa”, indica la especialista. Esta es además, una razón por la que los menores aun no son parte del objetivo de vacunación.

No ha variado el porcentaje de contagios infantiles con respecto a la población total, añade Flavio Salazar, director alterno del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia IMII y vicerrector de investigación de la Universidad de Chile: “no existe un incremento en el número de casos en menores, se ha mantenido relativamente estable, además mientras haya más infectados también habrá más niños”.

Los síntomas más frecuentes en NNA, dice el reporte, fueron cefalea (39%), tos (36,2%) y fiebre con un 34,2%. Según gravedad, un total de 1.896 niños requirieron hospitalización, con 57 fallecidos. Lo que establece una letalidad de 0,08% y la mortalidad de 1,2 por cada 100 mil niños, niñas y adolescentes.

Los niños se contagian de igual manera que los adultos. “No se contagian menos, se contagian igual que los adultos”, destaca Paola Murgas, investigadora del Centro de Biología Integrativa de la Universidad Mayor.

Lo que sí ocurre es que la sintomatología es menor. Estudios a la fecha han descrito que en este grupo la enfermedad suele evolucionar como una infección respiratoria leve a moderada e incluso asintomática. Representan focos de infectividad, pero en ellos la sintomatología es mucho menor y eso se debe, explica Murga, porque sus cuerpos son más jóvenes y tienen mejor respuesta inmune, “pero se infectan de la misma manera que los adultos”.

En general lo que los estudios demuestran es que los niños tienen cuadros más benignos que los adultos, indica Salazar. “Se pueden contagiar y la mayoría de las veces son asintomáticos y leves, lo que no descarta que en otros casos puedan tener hospitalización y mortalidad, pueden contagiarse y contagiar, pero con efectos menos severos”, dice. El por qué esto ocurre no está claro. La mayoría de los cuadros graves se debe a un descontrol de la respuesta inmune en el organismo dice Salazar más que por el virus en sí mismo, “y en adultos mayores esas respuestas son más agudas por distintos elementos inmunológicos, pero no se sabe”

Nuevas variantes
¿Son buenos propagadores de la enfermedad los niños? En ese punto, dice Endeiza todavía controversia. Hay estudios que dicen que sí lo son y otros que no. “Todo eso se resolverá cuando los niños dejen de estar en casa porque durante gran parte de la pandemia ellos no han ido al colegio ni han compartido con sus pares. Lo que sabemos hasta ahora que los que más se contagian son los adultos jóvenes y lo hacen en situaciones de reunión sociales o en el trabajo”, aclara.

Los estudios dicen que los pacientes que se enferman con menos síntomas, eliminan menos virus. En esa lógica, dice Endeiza, los niños no debieran contagiar tanto.

De la misma idea es Lorena Tapia, pediatra infectóloga e investigadora del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile (ICBM). A su juicio, la cantidad de niños contagiados es mucho menor en comparación con los casos de los adultos que se infectan. Lo mismo ocurre con las hospitalizaciones y casos graves, aunque ocurren no son significativos respecto del total de contagiados, de hecho, ni en la primera ola ni en el momento actual las hospitalizaciones pediátricas han sido altas.

Inicialmente los estudios indicaron que en los niños la tasa de infectividad era menor. Sin embargo, aclara Murga, hoy existen nuevos antecedentes, en especial el efecto de las nuevas cepas como la B117 que poseería una mayor tasa de infectividad en niños.

“No sé si en Chile se está haciendo una visualización a las nuevas variantes, pero en el mundo le han puesto mucha atención a B117 que presenta una mayor tasa de infectividad en menores de 18 años. Por eso es importante que si dentro de las variantes detectadas en Chile, esa ha aparecido, hacer el aislamiento apropiado a esos niños y ver si se aprecia esa mayor tasa de infectividad y tomar los resguardos para que no se expanda en los estudiantes con el regreso a clases”.

Según Endeiza, con algunas medidas como distanciamiento, menos niños por sala, horas pedagógicas más cortas, jornadas diferenciadas, sin que almuercen en el colegio, el uso de mascarillas y el lavado de mano, se puede volver a clases. Se hizo en algunos colegios el año pasado y no hubo brotes, recuerda la especialista.

En el reporte Minsal, indica Tapia, se mira la curva de casos de adultos y niños (fotografía siguiente) se puede observar la disminución de casos es este último grupo es menor que la de los adultos. “Esto se puede explicar porque se ha ido a buscar más casos en niños, se les hace PCR para diagnosticar aun cuando no tengan síntomas, nos quedamos más vigilantes. Por eso esa curva no baja tanto como la de los adultos”, explica.

Retorno seguro
“Los niños siguen siendo un grupo que si se infecta, al parecer lo hace en menor grado y tiene síntomas leves. No hemos visto casos más graves”, asegura Tapia.

Con todos estos antecedentes, la especialista de ICBM, dice que el regreso a los colegios debe ser cauteloso, vigilando casos, variantes y el comportamiento del virus y por supuesto, evaluando caso a caso las condiciones de cada colegio. En ese sentido, meciona como idea dividir a los cursos en dos jornadas, menos horas pedagógicas, mejor ventilación de las salas.

La Sociedad Chilena de Pediatría (Sochipe), destacó hoy en un comunicado que la inasistencia a los colegios profundiza la inequidad en el aprendizaje “a la vez que reduce el apego a la escuela, aumentando el riesgo de deserción escolar definitiva, ampliando la brecha en detrimento de los estratos socialmente más vulnerables”.

El organismo hace un llamado a las autoridades de salud y educación para que, en conjunto con las comunidades escolares, puedan implementar, vigilar y hacer cumplir las medidas que las autoridades sanitarias y educativas locales, nacionales e internacionales (OPS, UNICEF, OMS) han recomendado para que el regreso a las aulas sea un proceso progresivo, “sea seguro y que estas medidas se extiendan a los hogares, de manera de restablecer el Derecho a la Educación como una de las prioridades para el año académico 2021″.

Una decisión, Salazar indica en que existen los elementos científicos, pero también una política pública que tiene que considerar elementos como la circulación del virus y que tan controlado está. “Pero también ellos requieren socializar, es un derecho, necesitan volver. Pero se trata de una discusión multidisciplinaria donde se tienen que tomar en cuenta todos los puntos de vistas. No hay sola respuesta desde la biología para tomar una decisión de este tipo, hay una necesidad de que vuelvan, pero tiene que ser de forma contralada para que no se genere un nuevo brote”, aclara Salazar.

 

Fuente: La Tercera