Crean futurista método para saber cómo reaccionará una persona al virus Hanta

Marcelo López y Jenniffer Angulo, investigadores de la PUC, descubrieron que los pacientes que tienen alta presencia de cierta proteína, sufren más con el virus.

Un traje lo más parecido que hay a una escafandra, pero de papel y para utilizarla en seco. Una pechera azul, guantes dobles, protección de pies y una máquina purificadora de aire, cuyo filtro mide 0,2 mi-crones (equivalentes a 0,002 milímetros).

Esa tenida es lo mínimo que se necesita para entrar al laboratorio hiper blindado que tiene la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica donde estudian al virus Hanta. En otro laboratorio, no tan acorazado, pero que está en el mismo edificio, descansa una biblia apoyada en uno de los muros. «Es de acá, del laboratorio», dice el bioquímico Marcelo López, quien también es investigador del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia.

Hace un par de años el doctor López junto a la doctora Jenniffer Angulo están estudiando la manera en que los pacientes responden al virus Hanta. Antes se creía que el virus era distinto cada vez y por eso algunas personas morían y otras no. Ahora sabemos que eso depende de cada paciente, de su respuesta inmune, la cual depende del genoma de cada uno, cuenta López.

Genomas distintos, reacciones distintas

Existe un gen, explica el investigador, que responde de forma exacerbada ante una infección con Hanta. «Eso provoca que el sistema inmune en vez de alertar a las células para defenderse correctamente, reaccione como si el Hanta fuera un ejército enorme y eso lleva a la enfermedad», describe.

El equipó de López identificó algo que se conoce como polimorfismo, que en estricto rigor son unas pequeñas variaciones genéticas que hacen que una persona exprese más o menos de una proteína llamada Interleuquina Lambda. Lo curioso de eso, explica el doctor, es que los pacientes que tienen una variación genética que hace que expresen más esa proteína, reaccionan de muy mala manera frente a una infección de Hanta.

¿Cómo lo descubrieron? La doctora Angulo dice que primero tuvieron que comprobar que efectivamente en la población chilena existe esa variación genética. Para eso tomaron muestras de sangre de SOO personas sanas, que son representativas del país. «Buscamos polimorfismos, que son variaciones genéticas que permiten individualizar a cada persona», detalla Angulo.

López agrega: «Identificamos tres genotipos en la población chilena en dos alelos distintos (que son las partes del gen involucrado en la respuesta ante el Hanta). En un alelo, el 44% tiene el genotipo uno, el 39% tiene el genotipo dos y el 17% tiene el genotipo tres. En otro alelo, el 50% es del tipo uno, el 37% es del tipo dos y el 13% es del tipo tres», enumera.

Todas esas combinaciones tienen la misma probabilidad de ser infectados. Sin embargo, aclara, dentro de la población que estudiaron después (238 casos) y que murió (59 casos), «el 88% tenía la combinación uno o dos en el primer alelo, mientras que el 91% tenía la combinación uno o dos nen el segundo alelo», describe.

En palabras simples, dice la doctora Angulo, las personas que tenían el genotipo que exacerba la producción de la proteína, reaccionaron peor a la enfermedad.

«El objetivo ahora es realizar un panel. Imagínate que soy el alcalde de una zona con virus Hanta y tengo que mandar a corlar la quila (matorral donde vive el ratón que transmite el virus). ¿ No te gustaría saber a quién mandar? Habría que mandar a los que tienen la variante genética que reacciona de buena manera».

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